martes, 21 de abril de 2009
El Ficus de la India en Parque Lezama: descuidado
Solito y solo.
Sin perro que le ladre -aunque gatos si tiene todavía a su alredor- ahí anda a las boqueadas el Ficus de la India.
Para quienes no lo recuerden, el bello árbol cercado por una reja al lado del Museo Histórico Nacional, por el que el juez Hugo Zuleta, que falló en el amparo que presentamos -y ganamos- por el parque Lezama ordenó se desocupara ese lugar de la multitud de gatos que ahí vivían para protegerlo.
La del juez Zuleta ha sido la única mano caritativa para con el Ficus. Ni se ha cambiado la tierra, impregnada de orines gatunos, ni se ha atendido a su más que evidente decadencia, perceptible hasta para un lego y menos aún a su necesidad de riego por aspersión, tal como lo indicaron tiempo ha los técnicos que lo vieron en la anterior puesta en valor, hace ya once años.
Lo que ven en las fotos que les envío es una de sus ramas quebrada, tristemente apoyada en las rejas. Señales dió y muchas.... pero nadie las atendió.
Tristísimo. Y repetido una vez y otra y otra.
Tiene un nombre: desprecio por el patrimonio de nuestra ciudad.
A menos que creamos que tal patrimonio lo constituyen las torres de treinta pisos.
Pobre ficus, si te viera don Gregorio!!!! pero don Gregorio y don Thays no están para protegerlo.......
—Graciela Fernández
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2 comentarios:
Lo que sí es una lástima que cientos de gatos se han hecho salvajes debido al poco contacto con la gente, léase -proteccionistas que se encargan de alimentarlos, castrarlos, vacunarlos- deviniendo ésto en una creciente población felina; antes controlada.
Los animales, al igual que el Ficus, son seres vivos, con la diferencia de que los primeros poseen sistema nervioso, sentimientos, sufren dolor y placer, miedo y especialmente el abandono del que son víctimas.
Constanza Gnecco
"Para quienes no lo recuerden, el bello árbol cercado por una reja al lado del Museo Histórico Nacional, por el que el juez Hugo Zuleta, que falló en el amparo que presentamos -y ganamos- por el parque Lezama ordenó se desocupara ese lugar de la multitud de gatos que ahí vivían para protegerlo."
¡No sabía que usted creía que los gatos vivían ahí para proteger al ficus!
Sra Fernández, ¿Usted se encargó de "desalojar" a la colonia de gatos que ahí vivían? ¡Creo que no estuvo presente para hacerse cargo de esa parte, a pesar de que le pedimos ayudar!
¿Alguna vez se puso a pensar en que los gatos no fueron allí solitos a bordo del 29? Fueron abandonados por personas crueles. Por suerte, -como en la vida siempre hay gente que suma y gente que resta- un grupo de gente, del cual soy integrante, se encarga de cuidarlos como se merecen.
Por el fallo del juez Zuleta, ya no se puede ingresar a castrar animales, ¿cuál será el próximo fallo? ¿Eliminarlos con métodos más drásticos, como veneno en sus comidas o quizás la antigua cámara de gas?
Constanza Gnecco
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