No sé si habrás escuchado hablar de los programas que se implementaron hace ya un montón de años en Trenque Lauquen, ciudad bonaerense.
Replicable en cualquier lado, con voluntad y participación vecinal...




La ciudad de Trenque Lauquen, Buenos Aires, no arroja residuos a cielo abierto. Con los desechos orgánicos produce compost; los inorgánicos que se pueden recuperar se venden para ser reciclados, otros que están contaminados se incineran, y los que no se pueden quemar o recuperar se guardan en bloques de hormigón. El intendente de Almafuerte dice que quiere copiar ese modelo.
Los basurales clandestinos son los que mayores problemas están causando en las zonas rurales y parecen estar fuera de control


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No es un programa faraónico, no precisa tecnología de última generación y no costó millones de pesos, sin embargo, es altamente efectivo y puede ser puesto en marcha en cualquier localidad, sin importar su cantidad de habitantes.

Así se puede describir a grandes rasgos el programa de recuperación de desechos urbanos que implementó una ciudad de Buenos Aires, el mismo plan que quiere imitar la vecina ciudad de Almafuerte.

En la hermosa ciudad de Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires, los desechos urbanos nunca dejaron de ser un problema, sólo que a diferencia de otras miles localidades de todo el país, allá se ocuparon de esa cuestión y hoy aproximadamente 80 personas con pasado de cartoneros y de cirujasse encargan ahora de seleccionar la basura de los trenquelauquenses.

En aquella ciudad una vez ocurrió que algunos se preocuparon por los problemas que genera la basura, alguien resolvió esa cuestión y nunca más nadie se olvidó de respetar cada vez más al ambiente. A tal punto que prácticamente nada de los residuos que generan sus vecinos termina en algún basural a cielo abierto.



De exportación



El modelo implementado en esa ciudad bonaerense es el que se quiere "exportar" desde Almafuerte para lograr erradicar su desbordado e incontrolado basural a cielo abierto (ver página 4). Si bien este problema se debate hoy en Almafuerte, algunos años atrás fue en Río Tercero y luego en Tancacha, pero nunca se llegó a una solución. Ni siquiera a nivel regional se pudo encontrar una salida a un mismo problema que afecta a todos los municipios.

Esta semana TRIBUNA dialogó con el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Trenque Lauquen,Diego Heuguerot, para saber si tuvieron que hacer quién sabe qué maravilla para erradicar su basural.

Quienes conocen Trenque Lauquen pudieron advertir con facilidad que se trata de una ciudad con una marcada conciencia ecológica, quizá porque antes tuvo una cuidadosa conciencia urbanística y también histórica. La mayoría de sus calles son avenidas forestadas, hay una plaza cada 10 manzanas y tiene tres grandes parques de entre 16 y 20 hectáreas cada no. "Aquí existe una conciencia del cuidado del medio ambiente muy fuerte, a pesar de que lógicamente tenemos que convivir con industrias, pero siempre tratando de que se haga el menor impacto posible", remarcó Heuguerot.



Conciencia



"Tenemos una planta de reciclado con dos hornos pirolíticos (resistentes a temperaturas muy elevadas) para la incineración de residuos patológicos. En realidad tenemos dos hornos pirolíticos para tener la certeza de que siempre habrá uno funcionando", comentó Heuguerot. A tal punto llega esa conciencia que se aseguraron tener un horno para patógenos de reserva para salir del paso ante cualquier eventualidad. "Aquí hacemos el reciclado de metales, cartones, papel y con los residuos orgánicos hacemos compostaje", amplió el funcionario.

La planta de reciclado de Trenque Lauquen es visitada por funcionarios de distintos puntos del país que la toman como un modelo para introducir en sus localidades. Heuguerot no recuerda haber tenido contacto con algún funcionario de Almafuerte, pero enseguida se excusa. "No, yo no estuve con ellos. Lo que ocurre es que acá viene gente de muchos lugares, y es probable que hayan tomado contacto con el secretario de Obras Públicas o con el director de Medio Ambiente", aclaró.

El Prolin, como se denominó al programa que comienza en cada vivienda y finaliza con la venta de elementos reciclables, se inició en 1989 y hoy tiene 17 años de vigencia. "Se comenzó trabajando con chicos de 15 años de los colegios secundarios. A través de ellos se pidió a la gente que saque los residuos en bolsas verdes los orgánicos y en rojas los inorgánicos", describió. Cuando surgió la iniciativa, las autoridades enseguida tuvieron el apoyo de los supermercados locales, que daban a sus clientes bolsas de colores a tono con el nuevo programa. Primero se comenzó en un barrio y luego el programa se extendió hasta cubrir toda la ciudad.

En Trenque Lauquen sus vecinos sacan a la calle los residuos orgánicos de lunes a sábados, y los miércoles y domingos los inorgánicos. "Los residuos inorgánicos llegan a una planta que posee un elemento giratorio que rompe las bolsas. Eso permite que la gente no tenga que romperlas y así están más protegidas. Luego pasan por un dispositivo con electroimanes que separa los metales. Después la basura ingresa a una cinta transportadora donde la gente comienza a realizar una selección final a mano. Los cartones y plásticos se prensan y se enfardan; los vidrios pasan a otra sección y luego se venden", detalló el secretario de Gobierno del municipio de Trenque Lauquen.



En cualquier localidad



Heuguerot aseguró que el sistema que emplean en su ciudad es aplicable en cualquier población. Cómo ejemplo citó que en una localidad vecina de 5.000 habitantes su Municipio instaló una planta de recuperación de residuos. "Se puede comenzar de a poco, como hicimos aquí", sugirió. Eso tiene que ver con que los equipos para recuperar basura son modulares, es decir, que se pueden ir agregando a medida que se recibe más basura. Incluso, luego de preguntar cómo estaban distribuidas las poblaciones de la zona, se animó a decir que se podría montar una planta que pueda ser utilizada por varios municipios.